Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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APARCAMIENTO DE LA ESTACIÓN

Si para el desarrollo de la industria hace falta suelo industrial, para mantener el comercio y promover el turismo hacen falta aparcamientos. Pero no en cualquier lugar. El adecuado para ubicar este servicio debe reunir tres condiciones: tener capacidad suficiente, estar bien situado, y ser de fácil acceso. Entreguemos un plano topográfico a cualquier arquitecto-urbanista, técnico comercial o de empresa de servicios, y pidámosle opinión: de todos obtendremos la misma respuesta: el solar adecuado (el único que cumple todos los requisitos) es el de La Estación. Sólo tiene un problema: fue regalado. No cabe, siquiera, el consuelo de haberlo vendido por un plato de lentejas. Fue, sencillamente, regalado.

Quiero que quede bien claro que no acuso de nada a la empresa que lo construyó, ni a los ciudadanos que lo compraron. La obligación de cualquier empresa es aprovechar las oportunidades de negocio que le ofrezcan, y el ciudadano está en su derecho al comprar las plazas, bien sea para su uso personal o para especular con ellas. Pero la obligación del Ayuntamiento es defender el patrimonio municipal, hacer buen uso del mismo, y ponerlo al servicio del interés de la ciudad.

La empresa y quienes lo compraron, actuaron como de ellos se esperaba; pero el Ayto. traicionó el encargo para el que fue votado, regalando el subsuelo del mejor solar de Estella sin que la ciudad obtuviera beneficio alguno. A la vez, con tal regalo se estrangulaba el desarrollo del comercio y del turismo, y, en consecuencia, se anulaba buena parte de nuestro futuro desarrollo. En ninguna ciudad del mundo democrático se podrá encontrar un antecedente parecido. Y si un regalo semejante se hubiera dado en un régimen autoritario, no hubiera faltado un activo rechazo popular. Pero en Estella estamos tan pasotas, que "vivo sin vivir en mí...", podríamos repetir cada uno de nosotros.

El Ayuntamiento, no sólo regaló el subsuelo, sino que lo hizo en las condiciones que más podían favorecer a sus beneficiarios: se ocupó todo el solar (esas plazas, a dos alturas, hubieran ocupado la mitad), no se puso cláusula alguna de reversión ni se establecieron condiciones para evitar la especulación, y, al ocupar casi todo el frente de Los Llanos, por carecer de acceso se impide que una parte del subsuelo de la Huerta de Escolapios se pueda aprovechar para ese fin. No he visto la redacción final del Plan Especial de Los Llanos (elaborado para satisfacer compromisos políticos, y no para ser cumplido), pero en él se preveía construir una estación de autobuses sobre el aparcamiento. En Pamplona se piensa construir una estación subterránea en Yanguas y Miranda; aquí, ya no es posible construirla ni en superficie ni bajo tierra, y en todo el Plan General no se ha previsto un solar para su posible traslado.

El pasado treinta de noviembre, día de San Andrés y mercado, observé el aparcamiento. En el subterráneo, la ocupación era como del 30%, y entre las 11,30 y las 12,00 horas entraron 6 coches y salieron 3. Mientras tanto, del aparcamiento de superficie salieron, por la misma zona, 29 coches. La mayoría, sin haber podido aparcar. ¿Alguien cree que el subterráneo ha solucionado algún problema? Los vecinos de Pamplona, Bilbao, etc. que han comprado plazas, ¿las ocuparán algo más que ocasionalmente? Y, ¿en qué medida las ocuparán quienes han comprado tres, cuatro y cinco plazas?

El muñidor del aparcamiento, y, por tanto, máximo responsable de este desastre, debe explicar en beneficio de qué, o de quién, fue promovido. Y el actual Ayto. debe dar los pasos para recuperar su propiedad, y ponerlo como rotatorio al servicio público. Y lo debe de hacer sin perdida de tiempo: antes de que aumente su valor de rescate, y evitando que de él se derive pérdida económica para quien compró las plazas.

Nota: esta colaboración se publicó en la edición Tierra Estella de Diario de Navarra, el 29/12/00.

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza