No se extrañen, si les digo que las obras del puente de Los Llanos han sido las obras que más rápidamente se han ejecutado en Estella jamás de los jamases. Hubo un momento en que sentí temor, y pensé: si no lo acaban para el 31 de diciembre, ¡Dios mío, la que nos espera! ¡Todo un siglo en obras! Pero no. Afortunadamente, la construcción del puente ha durado un instante; un chist: el que dura la celebración de una efeméride. Bajo la luz y el sonido de fuegos artificiales comenzaron las obras cuando despedíamos al siglo XX, y para cuando ha llegado el XXI, como tocadas por varita mágica, están terminadas.

Vista del puente.

Esta proeza, junto a quienes la han hecho posible, debe ser inmortalizada. Por eso, para que quede constancia de este instante glorioso, y puesto que un puente sirve para unir dos orillas, propongo que lo bauticemos con el nombre de puente de Entrambosiglos. Y si la palabreja les suena extraña y complicada, llamémosle el puente de la Creación. Porque como Dios en el génesis, dijo nuestra Josefina: Hágase el puente, y el puente se hició.

Nota: esta colaboración fue enviada a la prensa el 14/12/00, y no se publicó. Con ella ironizo sobre el hecho de que celebráramos el nuevo milenio, 365 días antes de que llegara.