Según información recogida de la prensa, el presupuesto de las rotondas de Capuchinos y El Volante ha pasado de 84 a 100 millones. Dice la Alcaldesa que el incremento se debe al "margen de desvío previsto" y a mejoras como pintar sus bordillos, colocar reductores de velocidad, hacer un rebaje en la acera para que pasen los vehículos, y completar la jardinería de las dos glorietas.

No sé si la susodicha sabe explicarse, o yo soy duro de mollera, pero no llego a comprender qué es eso del "margen de desvío previsto". Si corresponde a mejoras que ya se preveían, se debería de haber incluido en el proyecto para tener ajustado el precio. Si corresponden a imprevistos o a mejoras introducidas posteriormente, deberían señalarse y hacerse públicas para poder apreciar la calidad del proyecto. Pero, a priori, no parece que los detalles señalados y el famoso desvío justifiquen un 18,4% de incremento (¡a menudo precio paga la Alcaldesa el bote de pintura y los pensamientos!).

Las rotondas han sido unas obras cuya ejecución se ha eternizado en un continuo hacer y deshacer trabajos mal ejecutados. (¿cuántas veces fue demolido el anillo de la rotonda de Capuchinos? ¿dos, tres veces?), ocasionando importantes molestias a los vecinos y al tráfico peatonal y rodado. Si el Ayto. hubiera actuado correctamente, en vez de premiar su ejecución con el pago de la desviación, por cada día de demora debería de haber penalizado al constructor. Por eso, o la Alcaldesa se explica mejor y demuestra la necesidad del sobreprecio, o los ciudadanos pensaremos que nuestros técnicos no defienden el interés público y nuestros gobernantes aceptan cualquier argumento.

Nota: esta colaboración se publicó en el nº 207 de Calle Mayor, el 08702/01. Al modificar las aceras que unen ambas rotondas, quedaron sin asfaltar parte de los carriles interiores, los cuales fueron asfaltados al año, aproximadamente. No se sabe si este trabajo incrementó el desvío.