Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
INICIO - ARTICULOS - APELLIDO - ESTELLA.info - GALERIA DE ARTE - ENLACES - CONTACTO

REFLEXIONES SOBRE LA PROPUESTA DE APARCAMIENTO

(Las palabras que transcribo a continuación, fechadas el 8 de noviembre de 1990, fueron leídas en el Ayuntamiento como respuesta a la propuesta de Hacienda de regalar los terrenos de la Estación para construir un aparcamiento privado. No salió entonces la propuesta, pero el desastre se consumó cuando siendo alcalde Castejón se regalaron los terrenos en beneficio de un proyecto particular. Nunca comprendí este regalo, y aún estoy esperando que Castejón justifique una medida que, sin beneficio para la ciudad, impide la mejor solución a un problema cada vez más acuciante. Ni entonces, ni cuando se consumó el desastre, ni en estos momentos, han perdido actualidad las palabras que transcribo, y no la perderán mientras la ciudad no encare el grave problema del aparcamiento).

Hoy, a finales del siglo XX, en plena era del automóvil, la dinámica de las ciudades requiere y demanda travesías fluidas y unos aparcamientos amplios, cómodos y bien situados. Si esta necesidad es evidente en plazas comerciales fuertes, de carácter regional, como Pamplona o Logroño, aún es más necesaria en plazas débiles, de carácter comarcal, como Estella.

Históricamente, el comercio ha evolucionado en la medida en que lo hacía el transporte, los medios de comunicación y la accesibilidad entre demanda y oferta. Durante siglos, la lentitud de los medios de transporte de tracción animal imponía la existencia de mercados y ferias próximos entre sí, de manera que hasta entrado el siglo XX se celebraban ferias y mercados de importancia en Los Arcos y Puente la Reina, en cuyas poblaciones existía una oferta comercial suficiente para las necesidades de la época.

Con la llegada e implantación de los vehículos a motor poco a poco fueron perdiendo pujanza esos mercados, desapareciendo absorbidos por el de Estella, hasta el cual llegaban taxis y líneas regulares de autobuses de toda la merindad. De Lodosa, Lerín, Arroniz, Santa Cruz de Campezo, Larraona, Salinas de Oro, Legaria y otras muchas poblaciones partían semanalmente autobuses que, junto a las líneas regulares a Tafalla, San Sebastián, Logroño y Pamplona, establecían entre Estella y su merindad una tupida red de comunicaciones que facilitaban el acercamiento a sus mercados semanales.

Esta situación se ha mantenido hasta hace aproximadamente dos décadas. A partir de entonces, la existencia del vehículo particular y familiar ha impuesto una dinámica distinta y muy acelerada que se complementa con el atractivo del comercio en grandes superficies (Hiper) y la agresividad y oferta de las importantes plazas comerciales de Pamplona y Logroño. Fruto de esta nueva dinámica es la reducción del área comercial estellesa y la creación de nuevos hábitos de compra, lo que unido a la acelerada y progresiva reducción demográfica de la comarca y la pérdida de una buena parte del empleo industrial de la ciudad, señalan un porvenir inseguro y poco halagüeño.

¿Llegará a desaparecer Estella como plaza comercial importante, de la misma manera que antes les sucedió a Los Arcos y Puente la Reina? La reacción honesta deberá estar condicionada a la respuesta que dé el comercio estellés y, sobre todo, al trabajo que desarrollemos en el Ayuntamiento. Hoy Estella necesita con carácter prioritario, para mantenerse como plaza comercial y afianzarse como plaza turística, unos aparcamientos amplios y cómodos que hoy por hoy sólo podemos ofrecerlos, subterráneos, en el solar de la Estación. Duplicar las plazas de aparcamiento en dicho solar, con dos plantas subterráneas que permitan una utilización distinta de su superficie, es absolutamente necesario, aunque para ello la ciudad tuviera que destinar gran parte de sus recursos económicos. Lo cual, por otra parte, no es necesario, porque como ya lo señalé en un informe anterior, existen fórmulas alternativas en colaboración con el comercio estellés.

Sé que esta necesidad no es comprendida por muchos compañeros de corporación, quizá porque no somos conscientes de lo desagradable e incómoda que resulta nuestra ciudad para el que se acerca a comprar. Cada vez es mayor el número de comarcanos que se siente expulsado de Estella cuando, obligado a dar vueltas y vueltas en busca de un lugar en el que dejar el coche, al final tiene que aparcarlo en un lugar lejano; en doble fila impidiendo la movilidad de otros vehículos; o en una superficie destinada al peatón, impidiendo, a veces, el acceso a escaparates y viviendas. Cada vez es más la gente que se siente molesta y se va a otras plazas, o está esperando que surja otra oferta en las proximidades para olvidarse de nosotros.

Un aparcamiento correctamente realizado, tendrá, entre otros, los efectos y ventajas que a continuación expongo:

a) Mayor comodidad para el vecino de los barrios necesitado de desplazarse en vehículo al centro.

b) Aumentar el atractivo comercial y turístico de nuestra ciudad, incidiendo decisiva y positivamente en su desarrollo.

c) Mayor integración de la Merindad al facilitar su relación con Estella.

d) Menor contaminación ambiental.

e) Mayor fluidez y comodidad en el tráfico.

f) Respeto a los lugares destinados al peatón permitiendo un uso mayor y más cómodo de nuestras calles y plazas.

g) Mayor ahorro de energía.

Creo que a estas alturas no debería haber ninguna duda sobre la necesidad de construir un aparcamiento. Problema hacia el que en todas las ciudades existe una sensibilidad especial. Por eso, es lamentable -no sorprendente- que la propuesta que ha traído la comisión de Hacienda no ofrezca ninguna de esas ventajas y, no contenta con no solucionar el problema, arrastra el defecto de hipotecar innecesariamente el terreno impidiendo que más adelante se pueda solucionar el problema. Esta aberración está motivada por la visión equivocada que tiene un sector importante e influyente de este Ayuntamiento, al pensar solamente en la rentabilidad económica de los servicios, olvidando otras rentabilidades más importantes y decisivas. Esa visión económica mezquina de calcetín y teja ha cobrado excesiva importancia entre nosotros.

¿Deben ser económicamente rentables los servicios? Todos los que ofrece el Estado y el Gobierno Regional -infraestructuras, sanidad, educación, etc.- se financian parcial o totalmente a través del Presupuesto. ¿Por qué en el Ayuntamiento los servicios deben ser económicamente rentables, costeando el usuario la totalidad de su costo? ¿Es que aparcamiento, basuras, conservatorio, etc. son menos necesarios que la Policía Municipal y la Administración municipal? ¿Cómo podemos valorar económicamente la rentabilidad de los 150 millones que costó la rehabilitación de la Casa Consistorial? Yo no sé si existirá una Ley o Norma de valor universal, pero en Estella, la privatización, concesión de servicios, o la repercusión de su costo en el usuario, guarda una relación directa con la mala gestión económica del Ayuntamiento.

Habéis traído una propuesta con excesivas indeterminaciones: no se sabe si es para la construcción y/o gestión del aparcamiento, sobre quién adjudicará las plazas, el margen económico de la explotación, etc. etc. Lo que sí está claro es que al Ayuntamiento no le van a costar un duro los estudios previos y el anteproyecto. ¿Pero es posible creer, ni aún haciendo un acto de fe, que la empresa vaya a realizar gratis un trabajo valorado por ella misma en siete millones, sin tener asegurado y garantizado el beneficio?

Si estudiamos la propuesta, vemos que las características que en ella se señalan están pensadas, exclusivamente, en beneficio del proyecto empresarial: se ha elegido el emplazamiento del actual aparcamiento, porque detrás del edificio de la Estación habría que dotarlo de una estructura y una cubierta más costosa y resistente por tener que soportar tráfico pesado; se ha aceptado un aparcamiento de una planta, desaprovechando las posibilidades del terreno, para evitar el coste de una excavación más profunda y una estructura más resistente; se cierra y pone precio al aparcamiento de superficie, para con sus ingresos costear el costo de mantenimiento del subterráneo; es de prever, también, que en beneficio de la empresa se mantenga la cota del terreno para evitar gastos de excavación; con toda seguridad, después, se pedirá a la empresa que elabore las bases y pliegos de condiciones a su medida; el aparcamiento se va a habilitar sólo para la venta, y dimensionado a la demanda que detecte la empresa en sus estudios, etc. ¿Dónde está el beneficio municipal y social de una operación que se limita a facilitar que doscientas personas puedan comprar una plaza de garaje, beneficio que también se obtendría construyendo un aparcamiento mixto para residentes y visitantes?

Como contrapartida, nunca se podrá hacer un aparcamiento rotatorio en los terrenos más adecuados, al estar ocupados por un aparcamiento en una sola planta (Obsérvese cómo este despilfarro de un bien escaso sólo se da en Estella: en Pamplona se hacen hasta cuatro plantas de aparcamiento, para aprovechar al máximo el terreno) Y nunca se podrá ordenar la zona de otra manera, hasta el punto de que obras tan simples y necesarias como anchar la calzada y acera de la calle, no se podrá realizar por impedirlo un aparcamiento construido a cota superior y con una estructura que no resiste el paso de vehículos pesados.

La propuesta de Hacienda puede resumirse así: una empresa realiza un estudio de mercado para saber cuantas plazas puede vender; las construye en un terreno cedido gratuitamente por el Ayuntamiento; ella misma elabora las bases y condiciones de adjudicación, uso, concesión, etc.; establece una tasa para el aparcamiento en superficie, con la que financia los gastos de mantenimiento del aparcamiento privado; hipoteca para siempre los mejores terrenos, impidiendo que el Ayuntamiento pueda construir en el futuro un aparcamiento rotatorio y reordenar la zona. Y todo ello en beneficio exclusivo de un proyecto empresarial (Conviene decir que la empresa no es responsable del engendro, sino que se limita a aceptar la propuesta de la comisión de Hacienda).

Nunca, ni en los tiempos de la Dictadura, en Estella se ha subordinado de esta manera el interés público al privado. Y nunca se podrá demostrar una incapacidad y una incompetencia municipal tan grande para defender los intereses de la ciudad, sacar el mayor partido a los recursos, y dar solución a los problemas. Si aprobamos la propuesta de Hacienda, demostraremos que no estamos a la altura de los tiempos ni de las circunstancias, y tendremos que reconocer que con estas propuestas demostramos que no somos un instrumento adecuado para gobernar Estella e impulsarla hacia delante, y que lejos de ser un factor dinamizante lo somos paralizante.

Estella, a 8 de noviembre de 1990

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza