Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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VARIACIONES SOBRE UN CAMPO DE GOLF

El 20 de diciembre escribí sobre los terrenos del vertedero: "alguien ha propuesto destinarlos al golf, pero esa propuesta no es viable: los campos de golf no son un negocio; son un reclamo para las urbanizaciones que en torno a ellos e construyen. Por eso, quien desee el golf debe pensar en terrenos muchísimo más amplios". Han bastado sólo tres meses para que los hechos me hayan dado la razón: Josefina Bozal ha reconocido que en el vertedero no cabe, y Tudela, para poder financiar la construcción del suyo, va a recalificar terreno en el que construir 300 viviendas unifamiliares.

La noticia del acuerdo entre la Federación y el Gobierno salió en la prensa el 6 de marzo. No obstante, los alcaldes conocían el proyecto, como lo demuestra el hecho de que cuando el PSN presentó su plan de instalaciones deportivas, la Alcaldesa contestó que el vertedero quería destinarlo al golf. La Sra. Bozal demostró estar bien informada sobre los planes del Gobierno, pero a lo largo de estos meses ha demostrado que es incapaz de aprovechar ese conocimiento.

En estos meses, el alcalde de Tudela ha tenido tiempo de estudiar las posibles opciones, elegir el terreno adecuado, encargar un proyecto, y elaborar una propuesta que le permite que su construcción y mantenimiento le salga gratis. Y toda esta demostración de buen hacer la ha realizado teniendo asegurada la adjudicación del campo.

Nuestra alcaldesa tenía que haber estado más diligente. Aunque sólo fuera por el hecho de que nuestro campo no está asegurado, sino que competimos con Mendavia y otras localidades. Pero en estos cuatro meses sólo se ha dado cuenta de que en el vertedero no cabe un campo de 9 hoyos, a pesar de que hace una semana afirmara que "lo lógico es que se haga una planificación a futuro y se piense en suelo suficiente para ampliarlo a 18 hoyos". Ha sido un tiempo perdido que está poniendo en peligro el proyecto. Ahora, de prisa y corriendo y en cuenta atrás, busca terrenos de una comunidad religiosa que, si son los que pienso, pueden ser adecuados, pero con la dificultad de que al haberse hecho pública la noticia su precio puede haberse disparado.

Hace algo más de diez años, varias personas estuvimos buscando terrenos en los que se pudiera construir un campo de golf. No los buscamos en Estella, porque en nuestra ciudad no los hay en la extensión que el promotor demandaba. Los encontramos en Villatuerta, aunque por circunstancias que no vienen al caso el proyecto no cuajó. Pero ahí están los terrenos, por si el Ayto. vecino quiere destinarlos a tal fin. Como podrá haberlos en Ayegui, Igúzquiza u otros lugares próximos.

Este tema del golf obliga a que nuestra ciudad haga una profunda reflexión: por sus circunstancias históricas, por su escaso término municipal, por su secular interdependencia, Estella es poca cosa sin su comarca. Apliquémonos, pues, a hacer comarca, a comprometernos con sus problemas... y, entre otras muchas cosas, elaboremos entre todos unas Normas Comarcales que adjudiquen funciones y establezcan las bases para lograr un futuro equilibrado de desarrollo y bienestar.

Y un consejo a la Alcaldesa: haga más caso de lo que se le dice, y aprecie la buena voluntad que animan las propuestas y también las críticas. Evitará encontrarse en situaciones incómodas y, a veces, de difícil salida.

Nota: esta colaboración se publicó en la edición Tierra Estella de Diario de Navarra, el 23/03/01. La Alcaldesa abandonó el proyecto de campo de golf sin dar razones ni cuenta de las gestiones que había realizado.

A cuenta del golf arrastro una pequeña frustración personal: formé parte de un pequeño grupo de personas que, cuando en Navarra apenas se hablaba de ese deporte, hicimos gestiones para que se construyera un campo de golf en las proximidades de Estella. Fruto de ellas fue el que el Gobierno de Navarra modificara la normativa urbanística para permitir campos de golf y urbanizaciones anexas. Pero de todo ello se benefició la comarca de Pamplona (Gorraiz, etc.), y, ahora, toda la ribera Navarra, mientras Tierra Estella se ha quedado a dos velas. Un ejemplo más de cómo Estella suele levantar la liebre para que otros la cacen.

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza