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EL FACTOR POLÍTICO EN EL REPARTO INDUSTRIALAnalizando la evolución industrial de las empresas de más de 10 trabajadores en las distintas poblaciones y zonas de Navarra -a excepción de la cuenca pamplonesa-, y el número de trabajadores por ellas empleados, se observa la importancia que en su distribución geográfica tiene el factor político. Sólo en base a este factor, que engloba tanto el favorecer a la localidad vinculada al político, el buscar la comprensión y apoyo de los líderes de la oposición hacia las políticas del ejecutivo, y también neutralizar -en base a sus aspiraciones políticas- a los alcaldes del partido en el poder, se explica que, en cuanto a desarrollo industrial, destaquen poblaciones que no cuentan con condiciones especiales que justifiquen esa diferencia. Centrándonos en el periodo 1990-2001, y en base a los datos publicados en el Catálogo Industrial de Navarra y en la Memoria Económica de la Cámara de Comercio, se observa que, frente a un incremento del 7% en la ciudad de Tudela y el 11% en el conjunto de su merindad, la ciudad de Corella ha duplicado el número de sus trabajadores (de 459 a 923) alcanzando un incremento del 101% . Este despegue global de la ciudad del Alhama (21 % de habitantes en el mismo periodo. Incremento no alcanzado ni por aproximación por ninguna población de más de 1.000 habitantes fuera de la comarca pamplonesa), a la que señala el estudio "Caracterización multifactorial de los municipios navarros" como uno de los seis municipios navarros con mayor índice de desarrollo, al no contar con una base de partida y unos factores objetivos que lo justifiquen en tal medida, tiene la virtualidad de demostrar cómo el factor político -en este caso, ser cuna y residencia del Presidente del Gobierno de Navarra- incide, de forma inapelable, en el presente y el futuro de los pueblos. Este componente vecinal de cuadrilla y partida de mus parece tener más peso e importancia que la vinculación al partido o la participación en sus órganos de gobierno de los responsables de los ayuntamientos navarros, debiendo ser el motivo por el que en el mismo periodo, Tafalla-Olite haya experimentado una disminución del 2%, y el conjunto de Allo-Ayegui-Estella-Villatuerta vieran cómo su empleo industrial caía un 1%, a pesar de que el alcalde de Tafalla y la alcaldesa de Estella pasan por ser miembros cualificados de UPN. En este y en otros aspectos, las ciudades del Cidacos y del Ega parecen seguir una evolución similar, a pesar de la sorpresa que supone ver a Tafalla -en el estudio anteriormente citado- entre los seis municipios navarros con mayor índice de desarrollo. Con el anterior alcalde de Tafalla de senador, y la última alcaldesa de UPN en Estella también en el Senado, para sus alcaldes puede haber sido más estimulante y atractivo el intentar seguir los pasos de los que los precedieron, que deslomarse y trabajar a fin de conseguir mayor desarrollo para sus municipios. Al Gobierno se lo ponen muy fácil: le basta con alimentar el señuelo que algunos alcaldes creen ver al alcance de su mano, para que lo dejen tranquilo y así pueda atender otras zonas según lo pida la acción de gobierno o el interés electoral. Tomemos dos ejemplos. En estos últimos diez años, la villa de Aoiz ha pasado de los 328 empleos a los 662, con un incremento del 102%. Su reciente despegue industrial (también en este tema los procesos de despegue y estancamiento se auto alimentan, de manera que, una vez comenzados, caminan imparables por su propia inercia) comenzó cuando en el tripartito presidido por Otano el consejero de Industria estaba vinculado a la villa y el alcalde de la misma era de EA. Ahí se inició una dinámica que se ha visto favorecida por la polémica surgida entorno al pantano de Itoiz, lo cual hace que el actual Gobierno intente bajar la tensión impulsando el desarrollo de la zona. Otra población, Lecumberri, en términos relativos ha tenido un desarrollo espectacular, con un 260% de incremento, si bien en términos absolutos este es más modesto por partir de valores inferiores (de 40 a 144 empleos) En su desarrollo, el papel de la autovía ha ayudado, pero apenas hubiera tenido incidencia de no haber contado con un alcalde de EA, líder de su grupo parlamentario, al que el Gobierno, a pesar de lo que hoy se estila como políticamente correcto, querrá tenerlo satisfecho en asuntos que no entran en la política pura y dura. Como el lugar en que se pasearon los primeros mocos es único e intransferible, es evidente que para las demás poblaciones es mejor tener alcalde de un partido distinto al del presidente del Gobierno, máxime si el que hasta la fecha han tenido ha sacrificado su pueblo en el altar de sus ambiciones políticas: el alcalde del partido se debe a la disciplina, mientras que el de la oposición debe ser atendido y satisfecho como medio para conseguir acuerdos ínter partidarios y parlamentarios que faciliten la labor de gobierno o, aunque no lleguen a darse, permita pensar que esas atenciones no caerán en saco roto. Nota: esta colaboración se publicó en Diario de Noticias, el 05/12/02 |
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